El Cerro el alto y Cantarranas se miran tarde y mañana,
el Roero con el Cerrito ven a la Plazoleta pequeña y coqueta.
El carril con la calle arriba, se unen buscando la cruz chiquita
y al otro lado la Ermita, la más bonita.
Pueblo amable, festero y sincero,
amigo de quien el bien, sea lo primero,
da la mano al extranjero y al viajero,
sin mirar su condición o dinero,
su casa abierta y mesa puesta,
a quien la necesita sincera.
Campo y sierra, jara y romero,
de las dos riberas, quien llego primero,
encinas y retamas, son el alma del cisquero
que sale a buscar cada mañana,
tierra dura y agreste,
cuna de hombres rudos y fuertes, que dan la vida por su gente.