lunes, 25 de febrero de 2013

Antonio Miguel Oliveros Quiroga





  • PICAPEDREROS¬: Una vez finalizadas las obras, de los embalses de la minilla y cala, se instalaron unas empresas para la explotación de una mina y una cantera de granito en el término municipal, esto ocupo a bastantes trabajadores de la zona y del pueblo que habían estado en los trabajos de los embalses, aprovechando su experiencia en los trabajos de picapedreros y perforación de la montaña. Recuerdo como llegaban los picapedreros, por la tarde después del trabajo, a taller que tenían para arreglar y afilar, los cinceles, punteros, y marros de acero, con los que cortaban el granito para hacer adoquines, los veía llegar (calle Carlos caña, donde vivía mi tía Luisa) a unos en algún burro, otros en bicicleta o simplemente andando, pero todos con su espuerta al hombro, donde llevaban sus herramientas de trabajo y las gafas con red metálicas para protegerse de las esquirlas que saltan al golpear el cincel con el mazo contra la piedra. El trabajo que hacían aquellos hombres y (algún que otro niño) no estaba bien pagado, para tan penosa faena, pero era lo que había, si se quería llevar un jornal a casa, estas explotaciones duraron el tiempo que les fue rentable a los propietarios de las compañías extractoras, después estos mismos trabajadores, no tuvieron más remedio que buscar otros medios para seguir ganándose el pan, los más jóvenes o con menos responsabilidades empezaron a emigrar al extranjero u otras regiones de España con más posibilidades de trabajo. Pero otros se quedaron por los pueblos de los alrededores, como paso con algunos que me eran más allegados, que con sus bestias de carga tuvieron que irse, acarrear y machacar piedras para las carreteras o las vías del ferrocarril, con jornadas de sol a sol, para cobrar por metros cúbicos machacados y ganar algo más y poder pagarse la fonda donde pasaban la noche y volver a casa cada quince días, para recoger ropa limpia y provisiones, (otros dormían en el mismo tajo si era en verano).
     Yo en estos tiempo mirando atrás en el recuerdo, siento y me pregunto ¿Cómo podían hacer estos trabajos, unas personas con tan poco de todo,(alimentación, asistencia sanitaria y lo más importante falta de derechos) nadie se preocupaba de sus necesidades, ni de la edad o de lo que les ocurriese, solo les pagaban si trabajaban y los trataban como si de esclavos se tratara. 

1 comentario:

  1. ANTONIO M. OLIVEROS; 9/5/20013 Rodeado de cerros laderas, arroyos y barrancos, que vierten sus aguas, en las dos riberas, encinares, cañadas y dehesas, caminos, senderos y praderas, romero, retama y tomillo, hacen de un pueblo, honesto y sencillo, gentes alegres y festeras, invitan al forastero, su participación en ellas. ¡¡ Cuanto honor haber nacido en esta tierra!! quien pudiera no haber salido nunca fuera.

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