lunes, 25 de febrero de 2013

Antonio Miguel oliveros Quiroga


El Cerro el alto y Cantarranas se miran tarde y mañana,
el Roero con el Cerrito ven a la Plazoleta pequeña y coqueta. 
El carril con la calle arriba, se unen buscando la cruz chiquita
y al otro lado la Ermita, la más bonita.
Pueblo amable, festero y sincero, 
amigo de quien el bien, sea lo primero, 
da la mano al extranjero y al viajero, 
sin mirar su condición o dinero, 
su casa abierta y mesa puesta, 
a quien la necesita sincera. 
Campo y sierra, jara y romero, 
de las dos riberas, quien llego primero, 
encinas y retamas, son el alma del cisquero 
que sale a buscar cada mañana, 
tierra dura y agreste, 
cuna de hombres rudos y fuertes, que dan la vida por su gente. 


Pedro Antonio Diaz Garcia


( Nota del administrador:
Palabras de Pedro Antonio sobre Antonio Miguel oliveros Quiroga)



Magnificas palabras de un hombre que lleva El Ronquillo en el corazón, con muchas de sus palabras se siente uno reflejado y lleno de nostalgia. 
Un reconocimiento especial para Ángeles por su dedicatoria y amor al Pueblo. 

Saludos de pdiaz

Carmen Fernandez Marquier


Tambien podemos disfrutar de su gastronomía , en los bares casa Ferrer,en el centro, en la plaza y frente Bar huerta, todo el mundo lo conoce por Casa Chico podemos disfrutar de carnes guisadas al estilo serrano como carrillás, conejos, perdices, en salsas o con arroz, Ademas de selectos embutidos , quesos y jamón delicias de la tierra. postrs caseros.
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Carmen Fernandez Marquier



En septiembre los ronquilleros, se visten , con sus mejores galas para pasear a la patrona la Virgen de Gracias, por sus calles con vitores y canciones la acompañan viejos, jovenes y niños. junto con los que hace tiempo tuvieron que abandonar esta tierra en busca de un futuro mejor,. y se pueden olvidar de calles, vecinos pero a esta pequeña virgen la llevan en sus corazones y siempre que pueden regresan por esas fechas. Con un viva la virgen de Gracia, se llenan de vida.
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Antonio Miguel Oliveros Quiroga





LOS GURUMELOS: Con la llegada de los primeros días de sol, del mes de febrero empiezan a salir los primeros (Gurumelos) unas setas típicas de la sierra norte, de las provincias de Sevilla y Huelva, si en los meses anteriores ha llovido bien, la temporada de gurumelos puede ser abundante y los vecinos del pueblo salen a buscarlos en los sitios, donde de un año a otro suelen encontrarse, es un secreto a voces las zonas donde se crían, y no se dice claramente de donde son , cuando se los muestran con orgullo, a todo el que se cruza con el buscador, aunque todo el pueblo sabe dónde buscarlos, es como una mala premonición, no revelar su procedencia, muchas personas disfrutan más buscándolos y llegando al pueblo con ellos, que luego comerlos, aunque es una seta muy exquisita y apreciada incluso fuera de la zona. En las buenas temporadas, muchas gentes se dedican a su comercialización, llegando a pagarse muy buen dinero, por un kilo de gurumelo, normalmente son los restaurantes del pueblo y algún comercio quien los compra, para su propio negocio.
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Antonio Miguel Oliveros Quiroga



De vuelta a casa después de una semanita en el pueblo, para recargar las pilas de la morriña, viendo a los amigos, o recordando con sus hijos a los que ya nos dejaron, también conociendo a otros que por la edad no conocía, buena gente y mejor corazón, tengo el mejor pueblo del mundo, (sin despreciar al de los demás) abiertos a la amistad a quien con un apretón de mano se la pida. Me he sorprendido muy gratamente de la juventud actual, se nota que se lleva en los genes, su amabilidad con el forastero, lo altruista y desinteresado, con su forma de ofrecer y compartir la amistad, esta juventud es la que seguirá con la forma de ser de los Roquilleros, con su participación en las tradiciones, fiestas y aficiones, nunca en otros lugares se implican tanto los jóvenes en estos actos, como lo hacen en este pueblo. Desde que tome la decisión de ir más a menudo al pueblo, después dejar de trabajar y no haberlo hecho antes por falta de tiempo, salvo en algunas ocasiones muy esporádicas y distantes en el tiempo, creo que ha sido lo más acertado para mí, pues he comprobado gratamente, que sus gentes son excepcionales, con grandes valores, la cultura, las tradiciones, la amistad, la alegría y el buen recibimiento a los que llegan de fuera. Tanto jóvenes como no tan jóvenes, están implicados en conservar nuestras costumbres, el deporte, la cultura y los avances del progreso con sus ventajas, la ilusión y las ganas de ser algo más que un pequeño pueblo de la sierra, darse a conocer más allá de su contorno e inculcar a sus hijos el amor por sus raíces. En mis últimas visitas he podido comprobar, que a pesar de los cambios ocurridos, en estos últimos casi cincuenta años, mucha gente que a pesar del tiempo sin habernos visto, me han tratado como si no hubiese transcurrido más que unos días. Muchos de los que tuvimos que salir del pueblo, cuando éramos niños y perdimos el contacto, porque a cada uno nuestro destino, nos llevó a lugares diferentes, ahora volvemos a encontrarnos en nuestro pueblo, otros nunca más los podrán hacer, a esos que ya no están los recordamos como cuando estábamos en el colegio, aunque el paso de los años y la memoria, los recuerdos cada vez son más confusos. Para esto último la mejor forma de que esos recuerdos no escapen del todo de nosotros, unos grandes Ronquilleros, tuvieron la brillante idea de editar un libro, en colaboración del ayuntamiento, donde José Mª Aguayo y Francisco Macías con su saber hacer y fotografías, con textos de la gran pluma de Manuel Díaz Forero y todo el pueblo prestando su apoyo, han conseguido una obra de la que tenemos que estar orgullosos de pertenecer a esta tierra, tan dura y agreste, como buena gente son sus gentes.

Antonio Miguel oliveros Quiroga



LOS JUEGOS Los entretenimientos eran de lo más dispares, las dificultades económicas que padecíamos, no daba para tener juguetes como los niños de familias acomodadas, así que nos los fabricábamos nosotros mismos. Para algunos necesitábamos la ayuda de algunas monedas para comprar los materiales y para eso buscábamos chatarra que nos compraba el “ditero”, rebuscábamos corcho después de su recogida y lo llevábamos al “chato” en el barbecho, en la época de los gurumelos, nos faltaba tiempo para buscarlos en las cañadas, el hoyuelo, o donde fuera, para venderlos en los bares y restaurantes del pueblo, o haciendo recados a las vecinas. Con lo que reuníamos de dinero, comprábamos a Perales, una tabla y ruedas de madera para la fabricación de un carro, para tirarnos por las cuestas de la carretera de cantarranas. También hacíamos tirachinas con las tiras de goma que nos vendía Pepe Escalera o Puntas, de las cámaras de las ruedas de los coches que cambiaban. Con una vara de olivo y una cuerda nos hacíamos los arcos para las flechas, que eran de las varetas de gamonitas, eso y un montón de cagajones secos, era la munición con la que hacíamos la guerra en la era de Justo, o contra los “carreteros” todos los niños del Roero, (la calle con mejor vista del pueblo). El trompo o (la peonza) era uno de los juegos que nos tenían más entretenidos en su desarrollo, pues se tenía que tener habilidad y puntería para sacar al contrario del circulo y con un poco de suerte rajarle el trompo, para eso en el momento de comprarlo, le cambiábamos la púa, por otra mucho más larga y afilada, que por lo general nos la ponía cualquiera de los herreros que habían en el pueblo (Carmelo, Pepe Escalera) Otros juegos eran las bolas, los cromos de las cajas de cerillas, el aro y tantos que sería interminable de enumerar, pero que sin ser los electrónicos como los de hoy, nos divertían y ocupaban nuestro tiempo, sin pensar en las otras necesidades que teníamos. En verano solíamos pasar el tiempo buscando nidos, o bañándonos por las albercas de los alrededores del pueblo, incluso cuando íbamos siendo “mayores” nos atrevíamos hasta en la ribera de Huelva, o los cachones en la del Cala. ( yo aprendí a nadar en arroyo de la lana).
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Antonio Miguel Oliveros Quiroga





  • PICAPEDREROS¬: Una vez finalizadas las obras, de los embalses de la minilla y cala, se instalaron unas empresas para la explotación de una mina y una cantera de granito en el término municipal, esto ocupo a bastantes trabajadores de la zona y del pueblo que habían estado en los trabajos de los embalses, aprovechando su experiencia en los trabajos de picapedreros y perforación de la montaña. Recuerdo como llegaban los picapedreros, por la tarde después del trabajo, a taller que tenían para arreglar y afilar, los cinceles, punteros, y marros de acero, con los que cortaban el granito para hacer adoquines, los veía llegar (calle Carlos caña, donde vivía mi tía Luisa) a unos en algún burro, otros en bicicleta o simplemente andando, pero todos con su espuerta al hombro, donde llevaban sus herramientas de trabajo y las gafas con red metálicas para protegerse de las esquirlas que saltan al golpear el cincel con el mazo contra la piedra. El trabajo que hacían aquellos hombres y (algún que otro niño) no estaba bien pagado, para tan penosa faena, pero era lo que había, si se quería llevar un jornal a casa, estas explotaciones duraron el tiempo que les fue rentable a los propietarios de las compañías extractoras, después estos mismos trabajadores, no tuvieron más remedio que buscar otros medios para seguir ganándose el pan, los más jóvenes o con menos responsabilidades empezaron a emigrar al extranjero u otras regiones de España con más posibilidades de trabajo. Pero otros se quedaron por los pueblos de los alrededores, como paso con algunos que me eran más allegados, que con sus bestias de carga tuvieron que irse, acarrear y machacar piedras para las carreteras o las vías del ferrocarril, con jornadas de sol a sol, para cobrar por metros cúbicos machacados y ganar algo más y poder pagarse la fonda donde pasaban la noche y volver a casa cada quince días, para recoger ropa limpia y provisiones, (otros dormían en el mismo tajo si era en verano).
     Yo en estos tiempo mirando atrás en el recuerdo, siento y me pregunto ¿Cómo podían hacer estos trabajos, unas personas con tan poco de todo,(alimentación, asistencia sanitaria y lo más importante falta de derechos) nadie se preocupaba de sus necesidades, ni de la edad o de lo que les ocurriese, solo les pagaban si trabajaban y los trataban como si de esclavos se tratara. 

martes, 12 de febrero de 2013

NATURALEZA A UN PASO DE SEVILLA: PARA DESCUBRIR EL ENTORNO

NATURALEZA A UN PASO DE SEVILLA: PARA DESCUBRIR EL ENTORNO: A menos de 20 minutos de Sevilla, rodeado de naturaleza, El Ronquillo, en plena Sierra Morena. Vista de El Ronquillo


Aquí tenéis el vídeo promocional de la Vía Verde de El Ronquillo presentado en FITUR 2013. 
Compartid para que todo el mundo conozca la Via Verde tan bonita y especial que tiene El Ronquillo!!